Fuente Observatorio de la Universidad Colombiana
Esta es una de las conclusiones de las presentaciones de los expertos internacionales en educación superior, Francisco López Segrera y Jamil Salmi, durante la clausura de la Cátedra Sesquicentenario de la Universidad Nacional de Colombia.
En los últimos diez años la producción de publicaciones científicas en Latinoamérica se ha incrementado, pero no tan rápidamente como en otras regiones del mundo, señalaron. Mientras Chile registra 110 artículos científicos por habitante, Colombia realiza 13.
Según Salmi, asesor del Banco Mundial, una de las razones del rezago se relaciona con el hecho de que la brecha en desigualdad científica se va ampliando debido a la falta de profesionales, e incluso por falta de universidades en cada país, lo que no contribuye a la producción de ciencia.
Al respecto señaló que “la falta de producción de contenidos científicos se debe a que las universidades no tienen una orientación muy fuerte a la investigación y no tienen los recursos, no tienen el número de estudiantes en posgrados, que son todavía muy bajos en la mayoría de los países”, agrega el experto en educación superior, quien ofreció la ponencia “Tendencias y perspectivas de la educación superior pública en Colombia y la región”.
De otra parte, para Francisco López Segrera, consultor de la red de universidades de innovación de la Global University, los modelos innovadores que ofrezcan inversión y apoyo estatales atraen a estudiantes para la creación de investigaciones, como las universidades anglosajonas y chinas.
Al respecto dijo que en Singapur, en los años sesenta tenía niveles de pobreza de cerca del 80 % y para mejorar su situación se realizaron inversiones por más de 15 años del producto interno bruto un 14 % en educación y otro porcentaje en salud. Y en 20 años redujeron la pobreza a un 8 %. “Invirtieron en la gente, mientras los gobiernos de Latinoamérica invierten solo de un 3 % a un 4 %”.
“Los Estados debe involucrase y dar apoyo en la enseñanza superior con cooperación en redes de universidades como una alternativa para fomentar el conocimiento y el desarrollo investigativo”, agregó el consultor de innovación educativa.
Chile, ejemplo en publicaciones
En Suramérica se destaca Chile como un país con una buena producción de artículos científicos, según Jamil Salmi; estudios realizados demuestran que los artículos científicos por habitante son cerca de 110.
“Esto se da porque han realizado inversiones en la educación superior como país y también tiene unas pocas universidades, que son muy fuertes con niveles de recursos más altos y tienen una gobernanza más flexible que los demás países y una cultura de trabajo más seria”, mencionó el invitado a la Cátedra Sesquicentenario.
En el listado le sigue Argentina con 91 publicaciones, Uruguay con 73, Brasil con 68, mientras Colombia realiza 13 artículos sobre ciencia por habitante.
En el caso colombiano, añade el experto, existen cerca de cuatro universidades que se destacan, pero falta una política nacional de desarrollo de la ciencia y la tecnología con inversión en la investigación.
Francisco López Segrera considera que los políticos latinoamericanos no invierten en la gente, y que para mejorar en la producción científica estos tienen que aportar y contribuir en legislaciones que incentiven el capital para el desarrollo de investigación para así mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la divulgación.
“Para mejorar la producción de publicaciones científicas, los gobiernos deben catalogar la investigación como importante, que la economía del conocimiento es valiosa y que existen más vínculos entre las universidades y los diversos sectores económicos para que se entienda que existe un papel muy importante para ayudar a otros con sus nuevos conocimientos al desarrollo de la ciencia y sus difusión”, expuso el académico cubano.
Los invitados por la U.N. concluyeron que la verdadera lección que se puede aprender de los gobiernos de Europa y Asia es en el financiamiento de la investigación es para promover el valor de los aportes científicos de los académicos.