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A pesar de los logros conseguidos para la clase trabajadora en Colombia, la Escuela Nacional Sindical (ENS) reporta casi 2.000 amenazas y 339 homicidios contra mujeres sindicalistas en los últimos 50 años.

Betsabé Espinal se convirtió en una de las líderes sindicales más importantes de Colombia luego de organizar en 1920 la primera huelga de mujeres en el país -y la segunda en América Latina- con más de 400 obreras que pedían mejores condiciones labores. Tras 24 días de marchas consiguieron sus peticiones: el aumento salarial del 40%, la reducción de la jornada laboral, mejores condiciones de higiene, el despido de supervisores acusados de abuso sexual y la regulación del sistema de multas.

Este hecho histórico, organizado por Espinal, tuvo una importante repercusión en la lucha por los derechos laborales del país y la región. Y en la actualidad inspira el trabajo de muchas personas y movimientos sindicalistas que trabajan por un mundo donde la clase trabajadora tenga unas condiciones laborales dignas.

No obstante, para conseguir estos avances, las personas sindicalistas tienen que enfrentarse a riesgos en muchas ocasiones. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, las personas activistas continuamente sufren amenazas e intimidaciones por parte de las empresas. En Colombia, la Escuela Nacional Sindical documentó casi 15.500 personas casos de violaciones a la vida, la libertad y la integridad de este colectivo desde hace 50 años.

Foto: tabla de violaciones a la vida, la libertad y la integridad cometidas contra sindicalistas en Colombia, del 01 de enero de 1971 al 29 de septiembre de 2021. Fuente: Sistema de Información en Derechos Humanos, SINDERH, ENS.

Si hablamos de la persecución contra mujeres sindicalistas, los datos muestran que la tendencia es muy preocupante. La ENS reportó la persecución y el homicidio de más de 3.400 sindicalistas en el país. “Es muy grave lo que ha ocurrido contra ellas”, expresa Viviana Colorado, coordinadora de Derechos Humanos de la ENS. Y añade: “No podemos perder de vista esa arista de la violencia sindical que nos muestra que las mujeres han sido profundamente perseguidas y revictimizadas”.

Colorado explicó que además de las barreras y obstáculos que las mujeres experimentan para formarse y ejercer un rol de participación en un sindicato, durante los actos de violencia antisindical, la sociedad las revictimiza mediante mensajes como: ‘Eso les pasa por estar de revoltosa y manifestando. Si usted hubiera estado en la casa, eso no le hubiera pasado’.

Estos hechos de violencia dan cuenta de que las defensoras de derechos laborales son afectadas en doble vía; como mujeres y como sindicalistas. Por ello, Colorado también hace un llamado para que actores externos e internos al movimiento sindicalista apoyen las iniciativas y proyectos que buscan impulsar y empoderar el rol de las mujeres en estos espacios.

“No podemos perder de vista esa arista de la violencia sindical que nos muestra que las mujeres han sido profundamente perseguidas y revictimizadas”.dice Viviana Colorado, coordinadora de Derechos Humanos de la la Escuela Nacional Sindical (ENS)

La ENS ha venido trabajando para proteger e impulsar la labor de las personas defensoras de derechos laborales por medio del fortalecimiento de capacidades hacia las organizaciones sindicales más victimizadas del país. A través de estos espacios, esta organización también promueve la participación de las mujeres sindicalistas y proponen la creación de una escuela de liderazgo centrada en esta población.

El Fondo Noruego para los Derechos Humanos apoya a la ENS en el fortalecimiento de capacidades de las organizaciones sindicales en Colombia para la defensa de la vida, la libertad sindical, la promoción y defensa de los derechos humanos. “El proyecto nos ha contribuido en buena medida”, expresa Colorado quien también dice que es necesario llegar a más mujeres para crear una red participativa y empoderada.

Desde el FNDH reconocemos y apoyamos la labor de las mujeres defensoras de derechos laborales quienes, a pesar de la dura situación que se vive en los territorios, continúan luchando por un mundo en el que se respeten los derechos humanos de las personas trabajadoras. No nos cabe duda de que cuando impulsas a las mujeres en su labor, impulsas a la humanidad hacia un mundo más equitativo e igualitario.

Fuente: Pagina Web Fondo Noruego para los Derechos Humanos.