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Abundancia y escasez

Ya en el Antiguo Testamento hay evidencias sobre bonanzas económicas, cuando se  habla de los siete años de abundancia y los siete años de hambruna en Egipto – y se formula la admonición de almacenar en tiempos de vacas gordas para poder alimentarse en tiempos de vacas flacas-.

La más reciente bonanza colombiana comenzó alrededor del 2003, cuando los precios de las materias primas empezaron a aumentar gracias a la mayor demanda mundial, en particular la proveniente de China. Como todos sabemos, el precio de estos bienes – en especial del petróleo- se elevó sustancialmente,  lo cual permitió aumentar los ingresos del  gobierno.

Pero aquella bonanza internacional concluyó abruptamente con la crisis financiera global de 2008. Y a raíz de esta crisis, el modelo económico de China, hasta entonces basado en la inversión extranjera directa, en la industrialización y en las exportaciones, se reorientó hacia el consumo doméstico y la provisión de servicios sociales. Con este giro comenzaron a verse afectados los precios mundiales de las materias primas.

Por otra parte las variaciones en las tasas de cambio de las principales monedas limitaron la expansión del comercio internacional. Y los precios de los activos, que habían sido inflados en virtud de las burbujas especulativas, disminuyeron como consecuencia de la desaceleración de las economías,  como se vino a constatar en el comportamiento reciente de las principales bolsas de valores del mundo.

Cualquier intento de reducción rápida en el stock de deuda implica una transferencia de activos reales (no financieros) de Colombia hacia el extranjero.

Las condiciones del entorno mundial y los volúmenes de inversión pública y privada determinaron entonces el ritmo de la economía colombiana en la fase ascendente y en la fase descendente de este ciclo.

Durante los próximos años quedará claro si en efecto almacenamos o no almacenamos  “alimentos en los años de bonanza”. ¿Cuáles entonces son las perspectivas realistas del crecimiento económico en Colombia?

Balances financieros

Refinería de Petróleo en Barrancabermeja, Santander.
Refinería de Petróleo en Barrancabermeja, Santander.
Foto: Aris Gionis

El economista inglés Wynne Godley acuñó la idea de los “balances financieros sectoriales”, según la cual si un sector dado de la economía (el privado, el público o el externo) gasta más de lo que produce, otro sector tiene que gastar menos de lo que produce – pues el gasto total tiene que ser igual al ingreso total-.

Los balances financieros sirven, entre otras cosas, para identificar e ilustrar  cuellos de botella para el crecimiento sostenido de una economía. Para el caso colombiano, la gráfica 1 muestra la evolución de los balances financieros (déficits o superávits como porcentaje del PIB) de los sectores privado, público y externo entre los años 2000 y 2012).

 

Gráfica 1. Balances financieros

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Pues bien: en el caso colombiano, el comportamiento de los balances financieros indica que la economía se encuentra en una trayectoria insostenible, porque los déficits crecientes en el sector externo implican un crecimiento exagerado de la deuda.

El sector externo

Los problemas en la cuenta corriente no fueron dramáticos mientras el déficit comercial (exportaciones versus importaciones) fue compensado por los ingresos de capital y las transferencias netas desde o hacia el resto del mundo (incluidas las remesas). Pero cuando las transferencias hacia el exterior aumentaron de manera sustantiva, se agudizó el déficit  en la cuenta corriente (gráfica 2).

Gráfica 2. Cuenta corriente, balanza comercial y transferencias.

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Es más. No obstante la bonanza de las materias primas, el desbalance comercial no ha podido corregirse. Aunque a partir de 2005 el petróleo y el carbón se convirtieron en los principales productos de exportación – sobrepasando el 50 por ciento del total en 2012-, las importaciones aumentaron aún más rápidamente.

Y es más, como puede observarse en la gráfica 3:

  • A partir del 2003, tanto las la compensación neta de empleados como las remesas y las trasferencias netas de dividendos  vienen presentando una tendencia sostenida a la baja.
  • Desde mediados de la década anterior, la deuda externa neta (a costos históricos) ha mostrado un patrón de crecimiento realmente explosivo.
  • Los activos netos de los colombianos en el exterior también han disminuido.

Gráfico 3. a) Remuneración neta de trabajadores. b) Remesas. c) Pago neto de intereses y dividendos. d) Activos netos externos

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Balance del gobierno

El aumento de los ingresos fiscales se debió sobre todo a las regalías y otras transferencias. Pese al mayor recaudo por impuestos sobre ingresos y riqueza, estos son aún muy bajos en comparación con los países de la OCDE.  Los impuestos sobre la producción y sobre las importaciones representan aproximadamente un tercio de los ingresos del gobierno.

Gráfico 4. a) Componentes del recaudo público b) Deuda bruta del Gobierno (estimada a precios históricos)

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El sector privado

El problema de la deuda privada revivió a partir del 2005, cuando el ritmo de inversión empresarial sobrepasó al del ahorro, de modo que este sector se convirtió en deudor neto del resto del mundo, y en 2012 su deuda alcanzó un nivel comparable al de finales de los años  noventa, cuando Colombia vivió una de sus más graves crisis económicas

Aún si mejorara  la balanza comercial, se mantendría el déficit financiero por el exceso continuado de los egresos sobre los ingresos en la cuenta de capital.

En efecto. Pese al aumento en los niveles de inversión, el ahorro del sector privado disminuyó de manera pronunciada, desde un 4 por ciento del PIB en 2001 hasta cifras crecientemente negativas a partir del 2006 (gráfica 5).

Gráfico 5. a) Balance Financiero del sector privado b) Ahorros del sector privado.

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Este es el principal problema que hoy enfrenta la economía colombiana. En muchos países el sector privado es un acreedor neto de los demás sectores; pero como en Colombia ambos sectores (público y privado) tienen una deuda neta con el extranjero, cualquier intento de reducción rápida en el stock de deuda implica una transferencia de activos reales (no financieros) de Colombia hacia el extranjero.

Además, el servicio de la deuda implica transferencias netas de una gran parte del ingreso nacional hacia el extranjero, lo cual conlleva una caída en la demanda interna.

El crecimiento en Colombia a partir de 2005 habría sido estimulado por el consumo que siguió al endeudamiento o a la reducción de los activos financieros en manos el sector privado (empresas y familias). Este proceso puede haber puesto a Colombia en una senda de crecimiento insostenible.

Nubarrones

Sede principal del Banco de la República en el centro de Bogotá.
Sede principal del Banco de la República en el centro de Bogotá.
Foto: momentcaptured1

Las perspectivas no son muy halagüeñas.

  • Por una parte, el crecimiento débil e inestable de la economía norteamericana no garantiza que el sector exportador alcance a corregir el desbalance comercial que  padecemos desde hace una década.
  • Tampoco es claro que otros países estén en condiciones de aumentar la demanda por nuestros productos, sobre todo si tenemos en cuenta el nuevo Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que suscribieron nuestros principales socios comerciales- y cuyas economías representan el 40 por ciento del PIB mundial-.
  • Pero aún si mejorara  la balanza comercial, se mantendría el déficit financiero por el exceso continuado de los egresos sobre los ingresos en la cuenta de capital.
  • El déficit financiero del sector privado hará difícil evitar que los niveles de deuda neta aumenten de manera sustancial.
  • Un escenario de austeridad fiscal y monetaria – como el que anuncian las autoridades-  mantendría la demanda agregada en un nivel bajo, de manera que el PIB podría disminuir más rápido que la deuda neta del sector público.
  • El problema de la deuda es bien complejo. La demanda de consumo o de inversión no podrá aumentar mucho desde su actual situación de elevado endeudamiento, agravado por  la devaluación de los últimos meses.

Por todo lo anterior, parece claro que la prioridad de la política económica debe ser  el crecimiento y no la austeridad.

Fuente: Diario Razón Pública

* Doctor en Economía de la Universita Cattolica del Sacro Cuore (Italia), magister en Economía Internacional de la Universita Degli Studi di Pavia (Italia), director del Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de Cartagena y editor de la Revista Panorama Económico.